Si alguna vez has sentido que Barcelona te aprieta demasiado el cuello con sus prisas, la solución suele estar a menos de una hora hacia el norte, en la provincia de Barcelona. Todo el mundo conoce Caldes de Montbui por sus aguas termales que salen a 74°C (el lugar ideal si quieres sentirte como un garbanzo en pleno hervor), pero lo que de verdad me voló la cabeza fue descubrir lo que esconden sus alrededores. Es una zona de contrastes brutales: pasas de valles cerrados que huelen a pino húmedo y musgo a villas modernistas que parecen sacadas de una novela de Zafón.
Buscar pueblos bonitos cerca de Caldes de Montbui no es solo hacer turismo de fin de semana, es reconciliarse con el ritmo lento de las campanas y el sabor del embutido que sabe a lo que tiene que saber.
Aquí tienes esos rincones donde, te lo aseguro, acabarás guardando la ubicación en Google Maps para volver cuando el cuerpo te pida un respiro de verdad.
Pueblos bonitos cerca de Caldes de Montibu con encanto
Gallifa
Gallifa es el antídoto definitivo contra el estrés. Si te dejas perder por la carretera de curvas que te lleva hasta aquí, entenderás que el lujo no es un hotel de cinco estrellas, sino este silencio que solo rompen los pájaros. Es un núcleo diminuto, de piedra tostada, donde las casas parecen sujetarse las unas a las otras para no rodar por la montaña.

Lo que no puedes perderte es el Castell de Gallifa; la subida te dejará sin aliento, pero las vistas del Vallès son de esas que te hacen sentir que el mundo, a pesar de todo, está bien hecho. Es uno de esos pueblos bonitos cerca de Caldes de Montbui donde el tiempo no corre, simplemente descansa a la sombra.
La Garriga
Confieso que la primera vez que caminé por el paseo de La Garriga me sentí un poco fuera de lugar con mis botas de senderismo. Este pueblo es pura elegancia burguesa. Está lleno de casas modernistas con vidrieras que parecen joyas y jardines que huelen a jazmín y a historia. Si te gusta la arquitectura, prepárate para ir con el cuello torcido mirando fachadas.

Pero no todo es postureo señorial; hay algo en su luz y en sus balnearios que te invita a bajar las revoluciones. Es, sin duda, una parada obligatoria en esta ruta de pueblos bonitos cerca de Caldes de Montbui si quieres imaginarte cómo veraneaba la gente bien de hace un siglo.
Santa Perpétua de Mogoda
Reconozco que Santa Perpètua me sorprendió. A veces las joyas están escondidas entre polígonos y nexos de autopistas, y eso tiene su mérito. Lo que te obliga a frenar es el Castillo de Can Taió.

No esperes una fortaleza medieval oscura y seria; es una construcción fantástica, casi de cuento, con torres y detalles que te hacen pensar que en cualquier momento va a salir un caballero con un poco de crisis de identidad. Pasear por el parque de la zona es el plan perfecto para bajar el ritmo. Es de esos pueblos bonitos cerca de Caldes de Montbui que te enseñan que la belleza también sobrevive en los lugares más inesperados de la periferia.
Moià
Llegar a Moià es como cambiar de pantalla en un videojuego: el aire se vuelve más frío, más puro, y el paisaje se abre en una meseta que es puro espectáculo. Lo que me fascina de este lugar es su subsuelo; las Coves del Toll son una cápsula del tiempo donde vivieron hienas, osos y nuestros tatarabuelos prehistóricos.

El centro del pueblo tiene ese carácter comercial de toda la vida, con tiendas donde todavía te saludan por tu nombre aunque sea la primera vez que entras. Es un lugar de tierra firme, de quesos potentes y de una luz de atardecer que te obliga a sacar el móvil aunque te hayas jurado que esta vez no harías fotos.