El primero de mayo siempre ha sido una fiesta de héroes y heroínas anónimos. Una jornada de lucha y celebración; por los derechos conquistados y por los que quedan por conseguir. Este extraño año faltarán los abrazos, la cercanía de pasear en comunidad por nuestras calles, pero lo extraordinario de este momento histórico nos da motivos renovados para celebrar. Cambiemos los encuentros por un enorme orgullo nacional por quienes se han comprometido por cuidar de la salud de todas. Madres y padres, abuelos y abuelas, sanitarias, transportistas, agricultores, trabajadores de supermercados; que cada día nos acercan un poco más a la salida. Vuestra presencia nos recuerda que ninguno, ni ninguna estamos solas; salimos adelante juntas. Que el legado de vuestro esfuerzo sea un futuro de protección para todos los trabajadores y trabajadoras: nunca más olvidemos que lo primero, lo más importante es cuidar y que nos cuiden.